martes, 14 de octubre de 2008

peces

Cuando era niño, una de las cosas que más me gustaba era ir a la playa.En ocasiones iba con la familia y en otras nos juntabamos amigos del barrio y nos llevabamos bocadillos, balones y nos quedabamos jugando en la arena hasta la tarde.
Entre los distintos juegos uno consistía en sumergirnos con las gafas de bucear y aguantar el mayor tiempo posible.Recuerdo en concreto un día en Las Negras (donde costaba bastante trabajo llegar entonces) que me sumergia y contemplaba el fondo con las rocas, las algas, pero sobre todo los peces, había gran cantidad de ellos de todos los colores y tamaños, aquello era un hervidero de vida, de manera que me ajusté el tubo y así no tenía que girar la cabeza para respirar, y de esta manera podía seguir mirando el fondo.Fué un gran descubrimiento, incluso llegué a ver un pulpo medio escondido entre las rocas.Organizamos una pequeña excursión y nos fuimos varios amigos pertrechados de gafas y tubo recorriendo los alrededores cercanos en la costa, nadando dentro del agua, deteniendonos en todo lo que nos llamaba la atención ,que era mucho.
Después de varias horas, al salir, teniamos la espalda quemada del sol, pero yo me sentía realmente satisfecho de lo que acababa de vivir.

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